Sin unos brazos que me reconforten,
Sin unos besos que mientras rozan mi piel
Susurren cuanto me aman, y tú, ahí en tu castillo de amor
Desde tu torre dorada te ríes de mí desgracia
Cuanto amor desperdiciado.....
solo por un amor equivocado.
Palabras que vuelan en mi mente fluyendo en desorden y de repente se unen para deleite del lector.